Inmersiones Estratégicas: Primera Escala
La exposición del Programa de Becas y Comisiones 2018
Centro Cultural Metropolitano de Quito | 6 de octubre - 28 de noviembre de 2018
Quito, Ecuador
La exhibición del Programa de Becas y Comisiones que tradicionalmente se presenta en el CIFO Art Space de Miami, se presentará desde este año como exposición itinerante internacional. Los artistas galardonados tendrán la oportunidad de presentar su trabajo en el Centro Cultural Metropolitano, (MetQUITO), en Quito, Ecuador. La exposición estará abierta al público del 6 de octubre al 28 de noviembre de 2018.
Foto: Izquierda a derecha. Fila superior: Magdalena Atria (Chile); Fredman Barahona (Nicaragua); Rubén D´Hers (Venezuela); Izquierda a derecha. Fila intermedia: Daniela Serna Gallego (Colombia); Horacio Zabala (Argentina); Laura Huertas Millán (Colombia); Izquierda a derecha. Tercera fila: Víctor del Moral (Mexico); Lázaro Saavedra (Cuba); Gala Berger (Argentina).
Desde el año 2003, Miami ha sido la sede de los Grants and Commissions de CIFO. Por primera vez, después de quince ediciones, la exhibición de este significativo reconocimiento del arte latinoamericano se traslada a una ciudad distinta: Quito, Ecuador.
Esta elección coincide con la celebración de los cuarenta años de la designación de la capital ecuatoriana -junto a Cracovia- como las primeras ciudades en ser declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Las becas de producción otorgadas a ocho artistas emergentes y de mediana carrera, así como el premio a la trayectoria, confluyen en la exposición que se presenta en el Centro Cultural Metropolitano (MetQUITO), que funciona en uno de los edificios con más relatos del centro histórico de la ciudad. Sus orígenes se remontan al siglo XVII, cuando abre las puertas como Colegio Máximo de los Jesuítas, junto a la Iglesia de La Compañía.
Los jesuítas, la última de las órdenes influyentes en llegar a estos territorios durante la colonia, se asentaron en este terreno que contaba con una ubicación céntrica en el damero, pero que se mantenía inutilizado ya que por él cruzaba la quebrada de Zanguña. Rellenando este brazo de agua que bajaba del volcán Pichincha, los jesuítas se apoderaron del punto central entre las otras grandes órdenes religiosas.
A partir de ahí ha funcionado como universidad, fábrica de tabaco, cuartel militar y sitio clave en las luchas independentistas. En este recinto tuvo lugar la Masacre del 2 de agosto de 1810. Funcionó la primera biblioteca pública y en el siglo XX, por un corto periodo se destinó a las oficinas de la Alcaldía.
El edificio cayó en abandono y luego de una restauración, efectuada por el Fondo de Salvamento de Patrimonio Cultural, en el 2000 abrió sus puertas como Centro Cultural Metropolitano, uno de los espacios culturales más importantes de la ciudad.
Referirnos a estos procesos coloniales y republicanos con una cierta fascinación histórica, demuestra que cada tiempo tiene sus estrategias. Y este edificio que ha contemplado una historia de colonización, educación, libertad y estatización, continúa ampliando su memoria de forma intrépida presentando otras tácticas que desestabilizan, justamente, muchos de los discursos hegemónicos para los que esta edificación fue creada. Este es un recordatorio continuo de que la historia se reescribe permanentemente.
Cada una de las obras seleccionadas este año por los Grants and Commissions de CIFO, se infiltra en discusiones contemporáneas desde diferentes planteamientos. Algunas enfatizan en las luchas sociales más necesarias, esas que requieren de mayor reflexión para comprender sus profundidades y alcances.
Es el caso de Alianzas de la Resistencia de Gala Berger. La obra narra una historia social de los feminismos en Latinoamérica con un formato de juego de mesa, en escala humana. En cada cuadro se marcan sucesos históricos que han significado hitos en las luchas por los derechos o situaciones que han marcado retrocesos. Revisa acciones clave de resistencia civil, así como las decisiones políticas y económicas que han servido de tablero para la historia del cuerpo femenino; leído desde el poder masculino como un objeto dócil y servil. El juego termina en el futuro idealizado por el que luchamos en presente. Ese futuro donde somos las mujeres, y no el estado, quienes tenemos pleno derecho sobre nuestros cuerpos.
Fredman Barahona desviste las contradicciones de la libertad en la sociedad heteronormada que impone el sistema patriarcal. El artista vuelve a su natal Nicaragua para relatar a los trabajadores del campo el abuso que significó para él crecer en ese contexto, siendo un niño afeminado. Llevó 400 machetes nuevos para intercambiarlos por el machete en uso de quienes compartan su historia y comprendan el valor reivindicativo que guarda la acción.
Antes de la Revolución Sandinista, el machete simbolizaba la condición feudal del trabajo en el campo, a partir de 1979 significó la liberación de la clase obrera. En Machete Dress, Barahona realiza un performance que alude a un show drag utilizando el vestido constituido de los machetes canjeados. El gesto rememora cómo el cuerpo queer ha sido borrado de las narrativas de los procesos revolucionarios y reconstruye la sensibilidad sobre las identidades GLBTIQ en ese contexto.
Las políticas del cuerpo se adscriben a la Política con mayúscula, por eso se vuelve necesario rebelarse ante la imposición, evidenciar el absurdo de la falsa hegemonía de pensamiento y acción.
En 1959, la Revolución Cubana convertía en “mártires” a quienes perdían la vida por sus ideales revolucionarios. Con esa premisa la obra Mártires de Láazaro Saavedra se vuelve una declaración tragicómica.
Mientras los antiguos revolucionarios satanizaban el ocio de los extranjeros que habían convertido a Cuba en su parque de diversiones, los empresarios conservadores disfrazados de revolucionarios, anquilosados en el poder, siguen vendiendo su discurso demagogo mientras entre sus planes de negocios está construir nuevas canchas de golf para turistas. Saavedra propone en tono humorístico rebautizar a ese complejo hotelero y de golf como “Mártires de Angola”, por los 2077 cubanos que murieron en la guerra de ese país por los mismos ideales que sus mandatarios ahora traicionan.
Espejismos, de Laura Huertas Millán, también apunta a las discordancias del poder. En la obra propone narrativas no lineales sobre las múltiples vidas de la coca. Para ello toma como ejemplo la comunidad Uitotos en Colombia, donde se practica un ritual conocido como “Palabra de Vida”, en el que se utiliza el tabaco para enfriar el pensamiento y la pasta de coca para endulzar la palabra.
Este acto de ética colectiva para la vida política del grupo es confrontado con la vida de los laboratorios clandestinos. En ellos los Uitotos trabajan en condiciones esclavizantes para extraer coca procesada para exportación. La instalación utiliza la etnografía como ficción y a la vez la inmersión antropológica experimental a través del cine de ficción, como herramientas que en su contradicción enfrentan las miserias sensibles de la ambición humana y el injusto sometimiento al sistema.
Mientras estas obras ahondan en cuestiones de nuestro ser político, las obras a continuación levantan una conciencia de nuestro estar sensible.
Faint Musicnos otorga consciencia de nuestro hábitat más inmediato. Nos confronta a la realidad auditiva que nos rodea, haciéndonos caer en cuenta de la dualidad de la música/ruido homogéneo del que nos envuelven nuestros aparatos cotidianos en el entorno doméstico. Rubén d´Hers despliega su “indoor soundscape” como un referente sonoro permanente que pasa desapercibido, un sonido tan invasivo como imperceptible.
Daniela Serna indaga en cómo la producción de textos y el uso del lenguaje en el contexto contemporáneo entendido desde las relaciones mediatizadas, la inmediatez de la información y el flujo de contenidos, suscitan una permanente adaptación del uso del lenguaje y por ende comprueba su relatividad. Perífrasis ahonda en diferentes niveles el proceso de lectura que se anula a sí mismo a través de la relación texto / tiempo en el presente, desplegando al lenguaje como experiencia.
Víctor del Moral también rastrea al lenguaje en su obra paLíndro. La pieza busca desestabilizar las lógicas de la escritura, llevando el texto a su dimensión física; como el artista lo propone: trasladar el texto a textura. Con este propósito maneja un mecanismo de activación escultórica/escénica que renueva nuestra relación con las palabras y su arquitectura, las vuelve habitables, proponiendo explorar la identidad como una negociación entre lenguaje y paisaje.
paLíndro,en afinidad con Cogollo de Toronjil, de Magdalena Atria, conllevan un acuerdo entre lo geométrico y lo orgánico, entre los sistemático y lo caprichoso. Ambos duplican geometrías. Atria lo hace desde la materialidad y lo intuitivo, del Moral desde el texto como objeto. Sin embargo, la obra de Atria no pretende transmitir un discurso, más bien permite que una serie de patrones implementados en un material tan maleable como la plastilina, pasen de ese acto íntimo de la factura manual a la monumentalidad a partir de su multiplicación en un gesto de creación consciente.
El premio a la trayectoria, de este año, fue otorgado a Horacio Zabala con una obra que da cuenta de las investigaciones realizadas por el artista en los últimos años. Hipótesis para 25 signos y 17 monocromos obliga a una convivencia forzada entre categorías aparentemente incongruentes, poniendo en diálogo, monocromos y signos matemáticos. Los monocromos son la abstracción radical, tautológica e iconoclasta, mientras los signos matemáticos son imágenes que se leen. Los vínculos de estas presencias descubren encuentros secretos a través de relaciones conceptuales que escapan de lo visual. A través de esa acción reubican la relación lógica funcional fuera de la lectura común, para entrar en la libertad contemplativa – interpretativa de la sensibilidad.
En esta primera escala, las obras coinciden como inmersiones estratégicas que revelan otras maneras de ahondar en temas que repican en inquietudes colectivas, muestran correspondencias del espacio que habitamos y otorgan una conciencia de él. Se sumergen en el mundo para desabrigarnos de su certeza y dejarnos en alerta.
Pily Estrada Lecaro
Quito, July 2018
La exposición estará abierta al público del 6 de octubre al 28 de noviembre de 2018.